Se extrae de la semilla de la jojoba, por simple presión. La jojoba es un arbusto que tiene su origen en zonas desérticas de  Méjico. Los aztecas ya le atribuían propiedades mágicas. Ellos lo utilizaban para restaurar y acondicionar el pelo, así como para proteger la piel de las fuertes radiaciones solares del desierto. Pero también lo utilizaban como alimento y como medicina.

Es rico en vitamina E, es decir, tiene propiedades antioxidantes por lo que combate el envejecimiento de la piel. Este aceite vegetal es también un buen humectante e hidratante, ya que no se evapora y se absorbe fácilmente.

Se puede usar para cualquier tipo de piel, pero está aconsejado especialmente para pieles secas porque les proporciona hidratación y nutrición, sin embargo,  al tratarse de un aceite vegetal, también puede ser utilizado en pieles grasas pues no tapa los poros. Penetra muy bien, se absorbe rápidamente y no es untuoso. Además, si se aplica de manera habitual el aceite de jojoba contribuye a regenerar las células de la piel y consigue aumentar su elasticidad, suavidad y firmeza. El aceite de jojoba se utiliza también para hidratar el contorno de los ojos y los labios, a los que proporciona suavidad y un brillo natural.

Utilizado en el jabón de glicerina es un excelente desmaquillante y exfoliante natural, aportando todas las características descritas anteriormente, dado que no altera sus propiedades en contacto con el jabón, más bien se las traslada. Al ser absorbido rápidamente no se pierde con el aclarado.

He de confesar que es nuestro preferido a la hora de elaborar los jabones en Isabel Riesgo; es el que aporta una mayor suavidad a la piel y el que combina mejor con el carbón en los jabones donde buscamos una limpieza en profundidad del poro.

En las pieles jóvenes los resultados son espectaculares.  Combate activamente el acné así como los granitos en la espalda, utilizado con regularidad y, nuestro consejo: siempre con una esponja extremadamente suave, la que se utilizaría con un bebé prematuro, ah! Y otro consejo:  si se está tratando algún problema de granitos en la espalda con nuestros jabones enriquecidos, habrá que tener especial cuidado con los champús del pelo en la ducha, pues a su paso por la espalda pueden arrastrar las propiedades del jabón aplicado anteriormente y dejarlo sin efecto.  También será muy importante la temperatura del agua, cuanto más fresquita, mejor pues no queremos dejar nuestra piel sin grasa, queremos dejarla con la grasa beneficiosa del jabón.